Luego de ver muchos
videos sobre una de mis nuevas pasiones –que en realidad no es nueva, sino que
ahora tiene “nombre y apellido” (el journaling) cito una de las frases que más
escuché mencionar: “qué intimidante es ver un cuaderno nuevo y en blanco”. Qué
tontería, pensé, ¿cómo te puede producir algo
una libreta sin llenar? Y ahora entiendo lo que dicen. Me está pasando eso. “Qué intimidante es un blog vacío”. MI blog vacío.
Arrancando de cero. Salvando las distancias es tener la imagen de la casa de
tus sueños y apenas tener un terreno comprado con 10 ladrillos.
Después de muchas
idas y venidas acá me encuentro de nuevo, escribiendo para mi página como la
adolescente que fui allá y hace tiempo. Hace mucho que no tenía la oportunidad
de sentarme frente a una computadora por placer; en noviembre del año pasado
presenté mi tesis universitaria, la cual venía trabajando aproximadamente desde
junio, y realmente no podría explicarles la de horas que me pasé recopilando
datos, información, entrevistas, videos, leyes, notas y noticias para poder armarla
bien. Entendemos que una persona va a la universidad por gusto, pero a lo que
voy: escribir una tesis NO es placentero como escribir en tu bitácora.
Claramente no. Sigo.
Para los que
desconocían, paso a contarles. Durante 5 años tuve un blogger. Al principio
escribía prácticamente todos los días, y de temas muy variados (eso lo hice
siempre en realidad, corro con la ventaja de no ser monotemática), subía fotos
mías o de los músicos que me gustaban, canciones, reflexiones, micro relatos,
ficciones y algo también que me encantaba hacer era contar cómo me sentía o
momentos que estaba atravesando con historias y personajes (además de,
claramente, fragmentos o frases de determinadas canciones). La primera entrada
de ese blog data del 31 de mayo de
2010. A fucking long time ago. No les voy a mentir, me estoy tardando
en subir esta entrada porque cada tanto corto y me voy al archivo de mi viejo
blog, pispeo qué me pasaba, qué pensaba y cómo me sentía hace 10 años.
Francamente no me acordaba de un MONTÓN de cosas y tenía entradas totalmente
anuladas de mi memoria, pero de otras me acuerdo como si fuera ayer cuando las
escribí. Ya por entonces me manifestaba a favor del matrimonio gay, el aborto y
alguna otra cuestión hoy por hoy controversial, pero no me consideraba ni me
llamaba a mí misma feminista porque tenía la errónea creencia de que era “el
machismo pero al revés”. Me la pasaba sufriendo por amor (inocente palomita) porque
mi orgulloso trasero leonino me corre con el defecto de ser enamoradiza,
inclusive cuando era así de pendejita. Tenía muy poco amor propio y todavía
menos autoestima, nunca lo manifestaba (si algunos se fijan, quizá lo manifesté
con canciones, pero no era de hablar abiertamente de estas cosas porque
#debilidades), aunque calculo que a todas nos pasó aunque sea una vez en la
adolescencia. En mi caso, todos los días. Añoraba tener mi propia guitarra
porque por entonces no sabía que era pésima para la música, igual que un
caballo, porque la hípica era mi más ferviente pasión. Logré sólo una de esas
cosas, como regalo a los 15 años, les dejo adivinar cuál fue.
La creación de ese
blog me salvó en varios aspectos, y me hizo conocerme un poco más conmigo
misma, además de compartir mis vivencias y saber si a alguien más le pasaba lo
mismo, si opinaban lo mismo, si lo vivían igual. Pero por sobre todas las
cosas, explotó mi lado creativo. Toda mi vida dibujé, me faltaba el aspecto de
la escritura. Y puedo decirles que me desvivía por ello. Me esmeraba en buscar
las mejores fotos, editaba todos y cada uno de los textos, les daba formato,
color, variaba en las fuentes, a las canciones les agregaba imágenes
ilustrativas (así como a la mayoría de mis ficciones y relatos), igual que
cuando escribía algún que otro tema de actualidad (las entradas que más me llevaron en esto diría que fueron las CINCO
entregas de Countdown to Extinction, donde hablaba del egoísmo del ser humano y
los estragos que ocasiona en el medio ambiente y en las formas de vida que hay
en él). Podría decir que por aquellos bellos y lejanos años ese
blog era mi vida. Cuando mis amigos estaban interesados en empezar a ir a
matiné, que se morían de ganas de ir a bailar, a mí no me llamaba ni un poco la
atención. Todos esos fines de semana, me quedaba en casa escribiendo (sumando
que, me creé esa página casi en las vacaciones de invierno de aquel año, por lo
cual invertía más tiempo de lo habitual ya que no tenía que ir al colegio, y
como no me había llevado nunca una materia, tampoco tenía que estudiar para
rendir previas), buscando y guardando fotos para mis futuros escritos, o mismo
haciéndolas yo, buscando ideas y temáticas para expresarme, inventándome
personajes para contar mi realidad de otra forma. Era mi estilo de vida. Hasta
que…
El inicio a clases
me partió al medio, no sólo porque estaba MUY inspirada y con excesivas ganas
de escribir, sino porque también acá en casa tenía que dedicarle menos tiempo a
la escritura de esparcimiento y más a las cosas del colegio. El año 2010 fue el
que supera ampliamente al resto en número de entradas (247) y solamente en agosto publiqué 63. Fue por eso que al mes
siguiente se me ocurrió comprar una carpeta anillada donde me dedicaría a
escribir mientras estaba en el colegio y la inspiración espontánea atacaba (ya
hablaremos de esta carpeta más adelante), y además donde volqué, a modo de
borrador, muchos de los textos y series que terminaron volcadas más tarde en
blogger.
No voy a hacer un resumen de lo que fue la vida útil de ese blog –aunque creo que ya quedó claro- pero sí digo que fue una época muy linda aunque durante un tiempo me sentí ajena a la escritura. Traspasé algunos episodios que me drenaron la energía, no tenía ganas ni inspiración, sumando a que mi computadora de por entonces fallaba y que ya estaba en la facultad (y avocándome a redes como twitter o instagram donde escribía igual pero con limitaciones), tampoco quería dedicar mi poco tiempo libre a algo que no fuera dormir o verme con mis amistades. Ahora, la pregunta que me hice y que las pocas personas a las que les comenté mi vuelta a blogger me repitieron: entonces, ¿por qué no seguí escribiendo en mi antiguo blog en vez de abrirme este nuevo (al margen de que también posteriormente me abrí un tumblr, pero no me hallé con el mismo y simplemente lo abandoné después de escasos meses)? Digamos que hubo también eventos muy amargos que me hicieron cerrar así, de golpe, esa etapa. La última entrada de mi blog tiene fecha el 12 de julio de 2015 (la única que publiqué ese año). En ella hablo de la muerte de un compañero mío del colegio. Asesinado en ocasión de robo. Tenía el alma rota y así como cuando despedí a mi abuela y a algunas otras personas a las que quise mucho, necesitaba rendirle un pequeño homenaje desde mi lugar. Eso, sumado a mi incursión en una nueva universidad, no tener una computadora personal (no, no dejo mis escritos guardados en cualquier lado) y escribir cosas más cortas y resumidas en instagram donde tenía más llegada, asumí que daba por finalizada mi época blogger, o por lo menos, que así tenía que cerrar mi antiguo blog. Lógicamente me hubiera gustado escribir algo más alegre (me hubiera encantado no tener que escribir sobre la muerte de un ex compañero a tan temprana edad), pero nunca se me dio la oportunidad. No me “despedí”, aunque hoy por hoy sigue abierto y tal cual lo dejé la última vez que lo edité y le agregué fotos y colores. Más que cerrar un capítulo, considero que esto fue como terminar un libro y empezar otro. Cosas distintas, tiempos distintos, cabezas distintas, la misma persona y mente creativa detrás.
Así que acá
emprendo este viaje, que espero no termine. Me había olvidado de lo hermosa que
es la libertad de escribir sin un máximo o límite de caracteres, poder escribir
libremente sin censura y expresarme tal y como se me antoja sin que ningún
administrador gorra me baje publicaciones u opiniones por considerarlas de
alguna forma “indecorosas”. Obviamente no voy a publicar con tanta frecuencia
como en aquellos tiempos y no será el mismo tipo de contenido, acá vengo a plasmar
un pedacito de lo que soy y de mi pasión; de lo que hago hace tiempo con la
oportunidad de compartirlo, ya que la llegada en una página de internet
obviamente no es la misma que en una carpeta anillada…
Por último pero no
menos importante, quiero agradecer a las personas que me animaron a armarme
este nuevo espacio, antiguos lectores de aquel blog y lectores actuales que me
leen y siguen en plataformas reducidas. Probablemente si no hubiera tenido
tanto apoyo y tan lindas palabras de aliento, yo no estaría acá escribiendo
esto. Les agradezco de corazón, espero no decepcionarlos. No sé si tanto, sólo
espero que les guste, así como a mí me va a gustar publicar… al final aunque
sea ALGO bueno iba a sacar de esta pandemia de mierda. Sin más, me despido y le
doy la bienvenida a mi nueva aventura blogger.
Break a leg, my friend
ResponderEliminarMe uno a tu aventura <3 Muero por leerte...
ResponderEliminarMe alegra una bocha que hayas vuelto a esto ❤
ResponderEliminarque geniaaaa, espero mas 😃
ResponderEliminarTodo lo bueno en esta nueva aventura ��
ResponderEliminarNueva lectora por y para siempre ♥
ResponderEliminarNo sé porqué no empecé a seguir tus blogs antes. Tenes una nueva lectora ❤❤❤
ResponderEliminarNueva lectora hasta el final�� te sigo hace tiempo por otras redes y la verdad sos una persona increíble. Muy lindo verte escribir por acá
ResponderEliminarllego tarde a la inauguración de tu blog, pero me encanto esa introducción y no puedo esperar para leer mas de todo lo que quieras compartir.
ResponderEliminarBienvenida de vuelta <3